jueves, 6 de marzo de 2014

De raíz contra el sexismo.

Desde distintos colectivos se manifiestan las ideas utilizando un lenguaje inclusivo para referirnos a ambos sexos, en lugar de utilizar el masculino(los) para el plural; por eso oiremos eso de trabajadoras y trabajadores, los y las estudiantes, o parado/as)

¿Y es que no da lo mismo utilizar sólo el masculino que engloba a todos? Es el típico argumento que utilizan las personas ante este uso de la lengua, argumentando que el lenguaje no soluciona la totalidad de los problemas derivados del género, el sexismo o el patriarcado, y que no es el problema fundamental, además de que es la forma más fácil de expresarnos tradicionalmente.

Es cierto que la sociedad asimila el uso del masculino al plural, y además que el lenguaje no soluciona la totalidad de los problemas de desigualdad, pero tal y como el sexismo se aprende, el lenguaje no sexista también, y por esta razón debemos hacer uno esfuerzo en nuestra forma de pensar y de hablar, y poco a poco en nuestra vida cotidiana iremos asimilando que con el lenguaje se construye el pensamiento y esto refuerza la lucha contra la desigualdad y el sexismo.



Investigaciones sobre como afecta la lingüística en nuestra concepción de las cosas y las personas nos muestran que la ocultación de la mujer en el lenguaje, o la utilización de palabras de un género u otro dependiendo de si lo que queremos designar es bueno o malo, así como la percepción de mayor valoración para profesiones si las utilizamos en masculino en lugar de en femenino, son ejemplos de que el lenguaje es importante en la imagen subconsciente que nos creamos de nuestra sociedad y las personas que la componen y en la manera en que las percibimos y como las valoramos.

Se hace imprescindible para superar las desigualdades entre hombre y mujer,y para hacerlo es necesario entre otras cosas, la ruptura con los roles tradicionales y el reconocimiento de las mujeres tanto en la historia como en el lenguaje, asumiendo que lo que no se nombra no existe de la misma forma que lo que se nombra.

Debemos plantearnos esta nueva forma de expresarnos como la base desde donde afrontar el conflicto en los roles de cada genero, al igual que se afrontan el conflicto de clases, y no caer en la excusa fácil, y el error de que es mas importante hablar del proletariado, la mercancía, cuestionar la existencia del dinero o la destrucción del estado que del patriarcado. Todos estos asuntos se hacen imprescindibles para la construcción de una sociedad anarquista, pero siempre combinando el medio de alcanzarlo con el fin que se alcanza, y no utilizando el lenguaje del sistema actual, su forma de actuar para, de forma espontánea y por arte de magia alcanzar una sociedad justa e igualitaria. Eso es mucho más utópico que lo que nosotros y nosotras queremos.

M. Locura. 

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